Saltar al contenido
Montehermoso Noticias

Entrevista a la docente Belén Sánchez Alonso

18 de junio de 2024

Entrevista a la docente Belén Sánchez Alonso

Entrevista a la docente Belén Sánchez Alonso

RADIO SEBAS ENTREVISTA POR 3º B

Publicidad

MicroPublic

Radio Sebas (CEIP Sebastián Martín)

Hoy publicamos en Radio Sebas un programa muy especial para todo nuestro colegio, que ha sido realizada por las alumnas y alumnos de 3º B junto a su tutora Gloria. Deseamos que os guste, porque para todos los docentes del CEIP Sebastián Martín quedará guardada en un trocito de nuestro corazón.

Entrevista a la docente Belén Sánchez Alonso
Belén Sánchez Alonso

Transcripción de la entrevista a texto aproximada

Buenos días radio oyentes, hoy nos encontramos con la clase de tercera vez, cuya tutora es Gloria. Y traen con ella un invitado muy especial. ¿De quién se tratará? Es un camino. Qué hay que recorrer.

Buenos días Belén. Lo primero es lo primero, y como en todo buen examen debes decirnos tu nombre completo y dónde y cuál nos naciste.

– Hola, pues yo me llamo María Belén Sánchez Alonso, tengo sesenta años y nací en Baracaldo, un pueblo de la provincia Vizcaya, uno de los pueblos más grandes de España. No quiero. Ahora que ya hayas presentado, vamos a iniciar nuestra entrevista.

-Con la sección cuando era pequeña, ¿Estás preparada para enfrentarte a nuestras difíciles preguntas? Sí. Perfectamente preparada para lo que queráis. Pues adelante, compañeros. Para,

– ¿Dónde vivías de niña?

-Cuando era pequeña, como os he dicho antes, vivía en Baracaldo, que es un pueblo de la provincia de Vizcaya, que está muy cerquita de Bilbao, y es un pueblo muy grande, un pueblo dedicado a la industria durante muchísimo tiempo y que ahora os recomiendo que vayáis porque ha cambiado muchísimo y es muy bonito.

– ¿Cuántos hermanos tenés? ¿Ibas con ellos a la escuela?

-Pues yo tengo dos hermanos más, conmigo somos tres, y he coincidido con los tres en el cole, lo que pasa que yo soy diez años más mayor que mi hermano el pequeño, o sea que antes íbamos hasta los catorce años a la escuela, hasta octavo que era, que es primero y segundo era eso ahora, séptimo y octavo se va en la escuela, Por lo tanto, sí que coincidí con los dos, pero yo a mi hermana Aracho le llevo seis años, casi siete, y a mi hermano, Cherry le llevo diez. Así que sí.

Mónica. ¿Te gustaba ir a la escuela?

Pues sí, la verdad es que siempre me encanta ir a la escuela. Es más, desde pequeña he querido ser maestra. El tiempo que tenía libre, me dedicaba en las escaleras de mi piso, a coger a los niños más pequeños, les sentaba a todos y les daba clases.

Que fijaros, pero desde que era como vosotros, Siempre me ha encantado la escuela, siempre he sido.

– ¿Alguna vez hiciste pellas?

-Aparte, pues, el pinche pellas es hace pila que llevábamos nosotros. Pues no, nunca. Es que, bueno, si esto cuando era pequeña nunca.

Luego ya si alguien me pregunta cuando era más mayor ya hablamos de ello. Eras con estudiante, se acabás buenas notas, Bueno, pues, era buen estudiante porque no suspendía nunca, pero no era de notas brillantes. No era de sobresaliente. Era más hormiguita que estupenda trabajaba, trabajaba, alguna vez sacaba algún sobresaliente, pero no era mi nota. Mi nota era el notable, me quedaba ahí.

Pero eso sigue, nunca he suspendido. Ah, sí. Casi no dura te gustaba más, Igual menos, Pues la asignatura que más me gustaba era geografía e historia, que se llamaba antes, y la que menos inglés, porque era bastante mala en los idiomas. Así que me costaba mucho, pero bueno, lo trabajaba y ahí ahí ahí iba, lo aprobaba. Belén,

-¿podrías contarnos alguna anécdota de entonces de cuando estaba en la escuela?

-Pues podría juntar un mogollón de anécdotas, porque yo era un poco bicho.

Mira, y yo siempre le digo a los niños de mi clase que cuando me cabro con ellos porque hablan, no porque no trabajan, porque hablan, les entiendo, porque yo era igual. Yo me pasaba muchos días en la parte de atrás, en un rincón, porque además ya veis que tengo una voz muy mi especial, y desde que era pequeña tenía la voz muy fuerte, y entonces la ceño me siempre decía, a ver, el moscón de Belén, que se vaya atrás, y me tenía que ir atrás a la esquina, porque hablaba mucho.

¿A qué te gustaba jugar?

-Jugabas a las maestras

Pues sí, ya os he dicho antes que jugaban las maestras, en las escaleras de mi piso, yo vivía en un tercero, ahí jugábamos, cogía los niños, y con cuadernos, con hojitas jugábamos, pero me gustaba también jugar a muchas otras cosas, a cosas que los niños ya no hacéis en la calle, jugábamos al escondite, jugábamos a, bueno, a mogollón de cosas. Una de las cosas que más recuerdo es que mi calle cuando yo era pequeña no estaba asfaltada todavía,

fijaros, estoy hablando de un pueblo muy grande, una ciudad más grande que Plasencia y que Cáceres, con más habitantes, pues mi calle todavía no estaba faltada, y jugamos al link que teníamos un trozo de hierro que nos afilaban, y como era barro, porque en Bilbao llovía mucho, jugamos a hincarlo en el suelo, y vamos hincando y vamos haciendo el uno, el dos, el tres, fijaros ahora mismo los padres se llevarían las manos a la cabeza, porque era peligrosísimo, porque era un trozo de hierro que además tenía Punta, lo estudiamos haber clavado en cualquier, en el pie.

Chicos, pues éramos supervivientes, nunca pasó nada y nos lo pasó super bien, la verdad, super bien, jugábamos muchísimo en la calle, muchísimo. Tanto frío. Cuando eras pequeña tenías muchos juguetes, pues, la verdad que no. Cuando yo era pequeña, solo solo los reyes magos nos traía en algún juguete, pero no, cinco, seis, siete, como ahora, un juguete más grande, mi mi juguete el que recuerdo de toda la vida y que todavía lo tengo, es una muñeca que se llamaba la muñeca mamá, que tenía un bebecito en las manos y cantaba una nana y se movía. Me la pedí a los reyes magos para que me la trajesen mis tías.

Y no os quise imaginar la ilusión de esa mañana cuando te levantas y ves una muñeca. Y de hola. Bueno, fue impresionante, y después una Nancy que me regalaron,

– ¿Sabéis con cuántos años?

-Sí. Con doce, por favor.

Ahora con doce años nos regalan muñecas. Ahora con los móviles, las Place, las En fin, pues yo con doce años, con doce años, chicos, en sexto de primaria, me regalaron una Nancy y era la persona más feliz del mundo, le hacía vestiditos, le quedaba con mis amigas intercambiábamos los vestidos. Aprendí a coser ahí y ya, o sea que imaginaros pocos juguetes pero muy bonitos. Interesante respuesta, Belén. Ahora que ya sabemos algo de tu infancia, vamos a preguntarte sobre tus estudios.

Vas a poder comprobar que somos grandes especialistas en preguntar, aunque, como dicen nuestros maestros, no lo somos tanto en contestar, Pero eso es otra cuestión, cara novena, cuento. Empezamos. Quiero saber.

– ¿Por qué decidiste ser maestra?

A ver, como ya os he dicho antes, desde que era muy, muy, muy pequeña, siempre he querido ser maestra.

Ha sido algo que creo que nací con ello, porque no recuerdo haber querido ser otra cosa, fíjate lo que te digo. Así que desde siempre.

Frutar. ¿Cómo? En tu familia,

¿Hay alguien más que se dedica a la enseñanza?

-Pues sí. Mi hermana Aracho es profesora de formación profesional de peluquería y estética. De no ser maestra,

-¿A qué otra cosa te hubiese gustado dedicarte?

-Pues como ya os he dicho, tenía siempre claro que quería ser maestra, pero fíjate qué curioso, una cosa que me hubiera gustado ser siempre, es dependiente en una librería, o tener una librería. Me encanta el olor de la librería, me encanta el olor de los libros nuevos, me encantan todos los rotuladores, los fluorescentes, ¿ves?

Eso es algo que yo no tenía cuando era pequeña. Los reyes una vez me regalaron una caja de rotuladores carioca Qué bueno, le echaba alcohol a los rotuladores para que no se me acabasen, porque no había dinero para comprar rotuladores durante todo el año. Y yo ahora os veo con esos florescentes, de tenéis de todo, de todo, de todos los colores, los possi, las, todo, y alucinó. Me encantaría tener una librería, porque me encanta ese mundo.

– ¿El que una universidad estudiaste de la carrera?

A ver, yo estudié en la Universidad del País Vasco, en Bilbao, en la Universidad de Magisterio del País Vasco, que, por cierto, era un edificio muy antiguo que ya han destruido, porque estaba a las afueras de Bilbao, pero cerca del centro. Y ahora lo han pasado ya conjuntamente con todas las demás carreras a la zona de las universidades, aprieta fuerte. Muy bien, Belén. Ya has demostrado que como buena maestra sabes mucho de contestar preguntas. Y estamos seguro que sido gracias a tus numerosos alumnos que te han enseñado bien, ¿verdad?

Por supuesto, vamos. Ahora queremos conocer cosas de tu vida profesional.

¿Estás lista para un para un nuevo perfume interrogatorio?

-¿Listísima preparada? Ya.

Ahora vamos.

-¿Cuántos años tenías cuando empezaste a dar clase? ¿Dónde fue?

– Pues mira, tenía veintitrés años, y empecé a dar clase en un pueblo cerca de Cáceres, en Cazar de Cáceres. Pero claro, yo veía de Bilbao no conocía muy bien la provincia, el Cáceres conocía conocía esta zona del norte porque mis padres son de un pueblo de aquí al lado debía al campo, pero no conocía bien y cuando me llamaron y me dijeron, tiene que incorporarse mañana en el Colegio León Leal Ramos de Casar de Cáceres.

Le dije a la señora, ¿y dónde está eso? Y claro, ¿se rio de mí? Dice, pues, al lado de Cáceres, yo no tenía ni idea. Ni idea. Allí que me fui, por cierto, no tenía carne de conducir, porque en las ciudades no es tan normal sacarse el carnet, porque tenemos transporte público, yo no lo necesitaba.

Entré ni en autobús podía llegar a cualquier sitio. Y cuando llegué aquí me llamaron y yo no tenía el carnet de conducir, así que me tuve que quedar en una pensión con unos señores majísimos y a mayores que, por cierto, ya han fallecido, y fue mi primera experiencia fuera de mi casa, y en un sitio que no conoce para nada, pero la verdad que fue maravilloso. Lo recuerdo como algo muy muy bonito.

¿En qué otros colegios, además del de Montehermoso, has trabajado?

-Pues en un montón.

Como ya os he dicho, empecé en Casar de Cáceres, Después he estado en Caminomorisco, he estado en Nuñomoral, he estado en Erías, que es una pedanía de Pinofranqueado, que era un colegio unitario, estado en Perales del Puerto, en Coria, en el Camilo Hernández estuve dieciséis años, y luego aquí en Montehermoso.

-¿Cuántos cursos lleva estando clase? ¿Cuántos de ellos se Montehermoso?

-Pues mira, como me jubiló este año, me han dado yo un papelito sabiendo cuántos años llevo trabajando y llevo treinta y seis años, siete meses y no sé cuántos días.

Por mis cuentas serían treinta y siete cursos, ¿vale? Lo que pasa que cuando éramos interinos al principio no nos contaban los verano y demás, entonces como no cuentan años enteros, la friolera de treinta y casi treinta y siete años, Y en Montehermoso este es mi curso número doce.

¿Qué recuerdas de tu primer día de cuál es Montehermoso ? ¿Estamos muy nerviosa?

– Bueno, a ver, quiero deciros que yo venía del colegio Camilo Hernández de Coria, y venía de dar primero y segundo de la eso, que era lo que os he dicho antes, séptimo y octavo, en la EGB antigua, entonces venía de dar a niños mayores, y de repente llegué aquí, era la última y me mandaron a una clase de tercero de primaria.

Dos. Dos. ¿Vale? Y casi me muero. Digo, dios mío de mi vida, ¿esto cómo es?

Pero bueno, al principio un poco agobiada, pero tuve unas compañeras muy majas, y me ayudaron muchísimo, y luego ya enseguida empiezas a rodar y y todo muy bien. La verdad que siempre he estado con mayor menos aquellos primeros años en Montehermoso.

-Ganaset. ¿Qué es lo mejor y lo peor de ser maestra?

Mira, a ver, lo mejor, sin duda, es los niños.

El estar con niños, el estar con adolescentes también está todo lo que nos aportáis, que nos lo podéis ni imaginar, que es muchísimo, sois pura vida. Y a nosotros no los transmitís. Es lo más maravilloso del punto. Además, yo riño mucho, ya sabéis que tengo mucha fama de reñir y dar muy alto y demás, pero lo mismo que te estoy riñendo, te estoy dando un abrazo. Quiero decir que tengo siempre una de calle, una de arena, y al fin siempre sois como mis niños, mis niños, y para mí es terminar el curso y cuando se marchan, sobre todo, año lo voy a pasar normal, ya lo sé, pero bueno, cuando se marchan al instituto, es como si un pedacito de ti también se fuese con ellos, ¿sabes?

Es una cosa, eso es lo mejor del mundo. Y lo peor es que a veces no hacéis caso. No sois capaces de entender que todo lo que hacemos, todo lo que yo puedo reñir, todo lo que yo puedo es por vuestro bien, siempre es pensando en vosotros, siempre, siempre, siempre. A la hora de dar clase,

-¿Cuál es tu asignatura favorita?

Pues mi asignatura favorita es matemáticas.

Porque me encanta, me encanta explicar que salgan a la pizarra, que si lo han Además, es que cuando hacemos un examen, me encanta corregirlo súper rápido, porque tengo un mono de saber si lo han entendido, si lo habéis hecho bien, sí. Y luego muchas veces me decepciona y me llevé unos disgustos, porque yo creo que todo el mundo lo sabe y lo entiende. Y resulta que no, uf, pero matemáticas me encanta.

-¿Hay alguna alumna o alumna de que tengas un recuerdo más especial?

Porque A ver, no puedo nombrar a una persona.

Hay muchas personas tener en cuenta que en treinta y siete cursos de mi vida, la de gente que ha pasado por mí. Bueno, yo voy a Mercadona Coria y estoy en la caja y, hola doña Belén, porque ellos me llamaban doña Belén. Hola, doña Belén y tú dices, Dios mío, de mi vida. Yo he dado a hijos de alumnos míos clase. O sea, mucha gente, mucha gente.

También le di clase a mis hijos, a los dos que tengo, que fue algo muy raro. En especial, no voy a decir bonito, porque creo que para ellos no lo fue. Ellos preferían que otra profesora les hubiera dado clase, no es su madre. Pero para mí fue, bueno, una experiencia, pero no podría nombrar a nadie especialmente. Todos son especiales de una manera u otra.

-¿Vas a echar de menos más tus alumnos o a tus compañeros?

A ver, sin duda, a mis alumnos muchísimo más. Mis compañeros les voy a tener ahí, y de hecho, fíjate, con los compañeros del Camilo Hernández, que hacía doce años, que no estoy allí, sigo manteniendo relación, Es más fácil mantener relación con los adultos, que siempre quedas para tomar un café, quedas para vengo a dar una vuelta, atraerles unos churros por la mañana, por ejemplo. Sin embargo, los niños, cuando se van, empezáis vuestra vida, empezáis a tener otras inquietudes, y aunque al principio venían a verte a la reja y te vienen a saludar, pero luego ya para la universidad y su vida va cambiando. Y yo, lo que más del mundo voy a echar de menos es a los niños, sin lugar a dudas.

-¿Qué es lo que más te ha gustado de este colegio?

A ver, en general, El, primero decir que es precioso, es un colegio que llama la atención cuando llegas, y el ambiente también ha sido muy bueno, aunque siempre hay momentos que los mayores nos enfadamos también por ciertas cosas, y hay momentos en los que no te gusta, somos muchos compañeros y cada uno pensamos de nuestra manera, y eso a veces crea roces, pero en general el ambiente es muy bueno y yo me he sentido muy a gusto. Luego, es un colegio en el que hay muchísimos niños, y eso también enriquece mucho. No es lo mismo irse de discusión con cinco o seis niños, con diez de una unitaria que irse con cincuenta niños, ¿vale? Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero la verdad que me he sentido muy a gusto.

A lo largo de los años,

¿Cómo ha cambiado la escuela?

-Madre mía, muchísimo, muchísimo, muchísimo, muchísimo. Ya os acabo de decir hace un momento que yo voy a Mercadona y cajeros y gente que está reponiendo mi seño, doña Belén. Antes he das Doña Belén, que no es lo importante ser doña, lo importante es el respeto, y yo creo que hemos perdido un poco el respeto. No era buena tampoco la escuela de antes en la que había que tener mucha mano dura aquella escuela de la letra con sangre entra, que probablemente le tocase a vuestros padres, pero lo que hay ahora tampoco me gusta mucho.

Creo que falta un poco de respeto por los mayores, por el maestro, por el conserje que entra a dejar unas hojas, por el padre que viene a hablar por cualquier cosa. Tenéis que tener respeto. En la escuela se enseñan conocimientos, pero también se enseñan otras cosas que son muchos más importantes que son, cómo comportarnos, qué actitud debemos de tener, de cierta otras cosas, también nos enseñan a que no siempre es ganara, que sí. Es que nos tenemos tenemos que aprender también que hay veces que algo nos sale mal, que no siempre podemos sacar un diez, que no siempre podemos hacer un grupo con los que son los amigos, tenemos que compartir y tenemos que tener la palabra que a mí más me gusta del mundo. Empatía.

¿Sabéis lo que significa empatía? Ponerse en el lugar de lo otro no querer que te hagan a ti lo que no quieres no hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti eso es tener empatía ponerse en el lugar del otro. ¿Cómo se sentiría esta persona? ¿Cómo me sentiría yo si me hacen lo que le han hecho esta persona? Persona.

¿Cómo se puede estar sintiendo esa persona? A mí no me gustaría, pues, a él tampoco. Y eso se está perdiendo en nosotros. Yo, yo, yo, yo, yo. Y tenemos que pensar en los compañeros.

Somos compañeros, top dos. Aunque me guste más jugar con unos o con otro pero a que todos sois compañeros en clase. Pues eso, es importantísimo, que recordéis eso.

¿Alguna vez te has arrepentido de ser maestra?

– Cada vez que me enfadó.

Cada vez que me enfadó, digo, madre mía de mi vida, pero ¿Qué hago yo? Dios mío, si no me hacen caso, ¿para qué estoy luchando? ¿Para qué preparo esto? ¿Para qué digo? Con lo bien que estaría yo en una librería, que los libros no no hablan, pero vamos y me pasa a los cero coma.

Ya estoy otra vez, papá, papá. Así que sí, me arrepiento cuando me enfadó, claro, me cabreó, pero se me pasa inmediatamente. ¿Alguna vez

– ¿Has trabajado en otra cosa?

– Pues sí, entre que termine la carrera y que empecé como interina, allá con veintiuno, veintidós añitos, fui a azafata de congresos, increíblemente, que era algo que no me gustaba, pero me salió un trabajo, y bueno, me gané un dinerito durante un tiempo. Podemos asegurar de que hasta ahora ha superado con muy buena notar nuestra entrevista, pero 10 cuidado, no te relajes, porque ahora viene nuestra sesión.

Preguntas difíciles del currículum de primaria. Y claro está, comenzaremos por una muy muy difícil de lengua. Maestra,

-¿Qué prefieres?

Maestra, siempre maestra. Siempre maestra.

Creo que los maestros, como he dicho antes, no solo enseñan conocimientos, cosa que sí suele hacer un profesor, sino que enseñamos muchísimas cosas más. Y naturalmente ahora llega la más difícil de matemática. Belén, ¿podrías decirnos aproximadamente cuántos exámenes has puesto a sus alumnos al largo de tu vida? Como sabemos que este cálculo es muy complicado y no somos tan malos, como os parecemos, vamos a ayudarte planteando la pregunta como es por un test. Ella es la opción correcta.

Ah, menos de cien, b, entre cien y mil, muchos, muchos, muchos más de mil y la respuesta correcta es muchos muchos muchos más de mil y mil y mil y dos mil y tres mil infinitos. Muchísimos. Por supuesto, vas a hacer tal.

.Bueno, para hacer tal. Belén, ya estamos en la recta final de esta entrevista.

Y por eso llegamos a la selección más personal, difícil de toda ella. ¿Puede soportarla? Por supuesto, venga adelante. Ánimo, tampoco. –-¿Dónde conociste a Miguel?

-A ver, pues, a don Miguel le conocí, no es lo bueno, es que en el año Creo que era el año noventa y uno por ahí. Estábamos, él trabajaba en Pinofranqueado, yo trabajaba en Caminomarisco, él se iba a casar, yo estaba casada y tenía un hijo, pero éramos compañeros, coincidimos allí, os acordáis de doña Sharon y don Emilio. Pues, trabajábamos, él trabajaba con don Emilio en Pinofranqueado y yo con doña Charo en Caminomarisco, y bueno, pues allí coincidíamos, hablábamos y demás. Luego, pasados los años volvimos a coincidir. Allá por el año creo que mil novecientos noventa y cuatro, o por ahí en Perales del Puerto.

Yo trabajaba en Perales él vino a Perales a trabajar y allí volvimos a coincidir. Él ya tenía un niño que era como mi hijo, mi segundo hijo, Diego, y su hijo Miguel, son iguales. Ella estaba casado, ya os digo, yo estaba casado, te cada uno tiempo. Justo no vivíamos compañeros, y luego con el paso de los años, por desgracia, Mi marido, no sabéis si que falleció, tuvo un cáncer de estómago y falleció muy joven con cuarenta y cinco años, Yo tenía cuarenta años, me quedé viuda, mi hijo mayor tenía quince y mi hijo el pequeño diez,

jamás, y cuando se enteraron los compañeros de Perales del Puerto, pasado un tiempo, pues vinieron a darme el pésame, ya sabéis que se va a dar el pésame gente, pues lo siento mucho y demás vinieron. Hablé, haberme hablar conmigo, pues a las navidades siguientes, pues pasado un año así vinieron.

Y ahí estaba, don Miguel, claro. Y bueno, pues, quedamos para tomar algo, empezamos a quedar, empezamos a quedar. Empiezas a hablar y resulta que él también sería separado de su mujer. Y pipa, pipa, y aquí estamos un montón de años después. Ha sido difícil trabajar con él?

A ver, pues no. Los que con los puestos conocéis a don Miguel. Don Miguel es una persona súper normal, súper amable, aunque hay veces que parece muy serio, súper amable, es súper empático, Entonces, cuando yo le conocí primero como compañero o profesor, o sea, maestro, perdón, que antes he dicho que me gustaba más lo de maestro, y ahora voy y digo profesor, madre mía, Cuando le conocí como maestro, era muy buen compañero, y después aquí me ha tocado trabajar con él, y él era mi director. Somos pareja, pero él era mi director y yo soy una maestra del cole, Así que aquí él es mi jefe, pero yo por lo menos considero que es un buen jefe, así que me ha resultado fácil.

– ¿Cuántos hijos y nietos tienes?

A ver, pues, como os he dicho antes, tengo dos hijos. El mayor se llama Dani, tiene treinta y cinco años ya, es un fallo ya. Y el pequeño se llama Diego y tiene treinta años, Diego trabaja en Madrid, es programador informático, y Dani tiene una tienda está banco en Villa del Campo, este caso con una chica de Villa del Campo, que se llama Bucky, que es maquísima, y tengo un nieto, bueno, para comérmelo, que se llama Samuel, que tiene cuatro años, que es, fíjate, los hijos son una maravilla, porque es todos los que somos papás lo sabemos, pero tener un nieto que me vosotros tenéis abuelos a que sí. Él ¿Cuántos quieren vuestros abuelos? Infinito, infinito.

Pues así le quiero yo abrir. Así le quiero llamar. Pero Belén, ya has dicho que di este clase a tus hijos, pero ¿Qué fue lo más difícil de hacerlo? Madre mía, pues lo más difícil era su actitud. Ellos no tenían claro cómo tratarme, confundían si mamá, con ser maestra, buz, y era un poco especial.

¿Sabéis que los amigos, y estos va a hacer gracia, le decían a mis hijos Jos, oye, pregúntale a tu madre que va a traer el examen. Oye, mira a ver si te cuenta alguna cosa, alguna pregunta al examen, pero ellos nunca me decían. Vamos, porque sabía lo que les iba a preguntar, a contestar, vamos, nunca, nunca. Y con Diego, que era un poco bagonete, me pasaban con terribles, porque yo llegaba a clase y decía, a ver Diego, la pregunta tal, y decía, ah, no la he hecho, pero había que hacerla muy rota y yo en ese momento, como madre hubiese dado un cogotazo, Pero la maestra y decía, bueno, pues nada, te quedas ahí en el recreo haciendo. Y cuando llegaba a casa le poníamos las pilas.

Es un poco difícil y para ellos mucho también. Imaginaros lo que es irse de excursiones, segundo de la ESO, que se fueron mis hijos conmigo, con su madre, que era su maestra y otros maestros, claro, claro. En fin, Ellos, la libertad de montar un pollo y demás, estaba a su madre. Pero aún así, os voy a contar una anécdota. Con Dani estuvimos en Valencia, ¿vale?

Y nos pusieron eran unos apartamentos en dos bloques diferentes. Siempre íbamos maestros y maestras combinados porque había niños y niñas, bueno, pues, por si acaso. Entonces, mandamos a un maestro con los chicos, a un apartamento y había más niñas y quedamos los dos maestras con las niñas. A mitad de la noche, un jaleo, un jaleo que no estuviese imaginado. Me levanto, se levanta mi compañera, vamos a la habitación de arriba, el piso de arriba, que eran como pisos.

Estaban todos todos, los cincuenta metidos en un piso. El maestro no se había enterado, se habían levantado. Si en silencio, pimp pimp pimp y se había bueno, metidos en la bañera, en los armarios, debajo de las camas, bueno, yo histérica. No sé qué. Les puedes imaginar cómo me pongo yo, ¿no?

Digo, al diría, mañana vais a enterar. Así que al día siguiente tenían actividades en la playa, y yo lo que quería era que ellos no perdiesen las actividades de la playa que iban a hacer y les tenía que castigar. Entonces, le mandaban a mi hijo Dani para que me preguntara, pregúntele a tu madre en qué nos va a hacer, y él venía y decía, no soy mamá, qué nos va a hacer, digo, os vais a cagar, perdón por la parte. No tenía ni idea de lo que les iba a hacer, y de repente por la noche se le entiende la luz. Había un patio y como no había otro agente más que nosotros de la expulsión le senté a todos en una silla en redondo.

Ropeto, y al principio todos sus hijas, contando chistes, pasándonos genial, llegan las doce de la noche, llega la una y te enseño, me quiero ir se pasaron toda la noche despiertos. Con un palito le iba dando al que se iba quedando dormido. Éramos tres maestros y dijimos tres turnos. No les dejamos dormir en toda la noche. Querían dar guerra.

Pues, despiertos toda la noche. Pues, ¿sabéis qué? Que cuando se casó mi hijo, Dani, todos sus amigos, todos sus amigos, Les haya dado clase yo. ¿Y sabéis de lo que más acordaba de aquella noche que no nos dejaste dormirseño? ¿De acuerdas aquella noche que no se nos caía la cabeza y tú nos dabas con el palo en la cabeza para que nos despertáramos y se fue la mejor discusión de nuestra vida.

¿Te gustan los animales? ¿Tienes alguna mascota? Me encantan los animales. Una mascota otra mascota registrada con su nombre, con su pasaporte y con todo, tengo un perro, un Bordercolli, que se llama Chulo, y se llama Chulo, porque tiene una que nació con ella mal, no había que operarle ni nada, simplemente era cogito, un defecto de nacimiento. Y entonces el chico que lo tenía no lo podía vender, nadie lo quería y me lo regaló.

Y bueno, ahora tiene ocho años y es, le falta hablar. O sea, hablar. Yo le digo, chulo vete por la otra puerta, chulo va por la otra puerta. Chulo que viene la abuela, 10 cuidado en la caigas. Es increíble, increíble, tráeme esto también.

Y luego, sin registrar tengo gatos, muchos gatos, porque como vivo en el campo, Mi casa está muy abierta, yo les pongo de comer y ellos vienen cuando quieren, y muchos de ellos se quedan y han criado dentro de la finca mía, y yo les adoro todos. Sabemos que es muy aficionada al fútbol y define los colores de Aletic. Así que cuéntanos,

-¿Qué se siente en un estadio como la cartuja, como en la cartuja? ¿Había ganado ese tipo de la Copa del Rey?

A ver, me ha visto acá una fibra sensible.

Es un poco difícil de entender, sobre todo por los, fíjate, por los chicos jóvenes, los chavales de mi clase, por ejemplo, que una mujer con sesenta años, cincuenta y nueve, tenía el día seis de abril. S.A. Tan tan tan forofa de su equipo? Pues yo lo soy, yo lo soy, pero lo soy con sesenta con cincuenta y nueve con cincuenta con cuarenta con veinte con siete. Yo jugaba en la calle y los padres los radiaban los partidos por las ventanas, celebrábamos los goles de nuestro equipo.

En aquella época en los años, yo nací en mil novecientos cuatro. Fueron unos años muy buenos del Atleti. El Atleti es conocido como el rey de copas, En las en todos los juegos de la Copa del Rey, la Atienza ha ganado un montón de copas, pero hace muchísimo tiempo. Luego tuvimos una época muy mala, y cuando yo estaba estudiando Magisterio, por eso antes, cuando alguien me ha preguntado si había hecho pellas, que yo le llamaba Piedad, hacer Piedad. En los años ochenta y tres, ochenta y cuatro, el Atletic volvió a ser campeón de liga, volvió a ser en el ochenta y cuatro, campeón de liga y Copa del Rey.

No había ni un estudiante que fuera clase en aquella época. Nadie, nos pasábamos el día en la cafetería cantando, bailando, disfrutando, Por eso para mí lo del día seis de abril fue diferente, especial uno de los días mejores de mi vida y llevo muchos. Estar en Sevilla. Bueno, primero ir a Sevilla a preparar el viaje. Antes ganarle al Real Madrid, ganarle al Barcelona, perdonar, perdonar, al alético de Madrid con un partidazo.

Y ahí estábamos, y estábamos con el Mallorca, que es otro equipo, normalito como nosotros, y estabas en Sevilla y Sevilla era roja y blanca. Sesenta mil personas, o más en Sevilla. Las calles eran manifestaciones de gente de la Atlántida. Estuvimos en la catedral, ¿habéis visto igual vídeos? Se casaron unos novios que no tenían ni idea qué se dirías llegaban al final de copa, y allí había diez mil aficionados del Atletic Antándoles.

Bueno, pues, se les ha invitado a San Andrés. Que su segundo equipo ya es el Atleti, son del Betis, pero su segundo equipo se gente respetuosa, sin ningún problema. Bueno, tengo que decir, por si acaso esto lo oí a alguien que esté muy puesto que hubo algún problema en la Sansón del Mallorca, pero dejé los extremos nunca son buenos, Nunca son buenos los extremos. Hay que ser civilizados, hay que cruzarse con el enemigo y saludarle a que sí, Los del Mallorca se sentían arropados con nosotros y eran muchos menos, Nosotros se sentaban a comer y allí estábamos y compartíamos con ellos. Fue un día maravilloso para repetir, y encima ganamos.

¿Sabéis lo que hice cuando ganamos? ¿Sabéis lo que hice, lo primero que hice? Llorar. Llorar. Pero amo contenido llorar y mi hermana y mis amigas me decían, pero ¿por qué llorarás hemos ganado?

Digo, pues por eso lloro, ¿por qué hemos ganado? Y lloraba, yo podía parar de llorar, pero me fijaba en la gente que tenía alrededor y la gente lloraba de emoción. Si hubiéramos perdido, os prometo, como Belén que me llamó, no hubiera llorado mucho. Le hubiera dado la buena, la enhorabuena a los del Mallorca, me hubiera dado mucha pena, hubiera venido Chapulgo, pero no hubiera llorado. Habíamos llegado las finales se pierden porque se juegan.

Cuidado, hay que llegar a la final, como cuando vosotros veis al pabellón. Hay que llegar a la final para jugarla. Y el que la pierda es el que llega. Así que no se pierde, se queda el segundo. Pero ganar, hacía cuarenta años que no sentía eso.

Y para mí fue lo más, maravilloso, maravilloso. Y ya metidos en materia futbolística ¿te atreverías a tentarnos un poco del himno que seguro ventaste ese día? A ver, me he cortado antes por no hablar mucho rato, pero vamos lo primero que me salía a cantaros el himno, es más, a vosotros ya nos va a tocar conmigo. Pero cada vez que nos vamos de excursión, los niños de autobús me piden que les cante el hilo de Aleti, porque les llama la atención, porque ¿sabéis en qué idioma está? ¿Qué idioma cooficial se habla también en el País Vasco?

¿No? Bueno, euskera. Vasco, euskera, ¿vale? Vale, ¿está bien Vasco? Euskera.

El euskera es una lengua que ni se sabe dónde tiene su origen, una lengua ancestral, una lengua que viene de, bueno, de tiempos remotos, una lengua muy rara, muy rara, porque los verbos se dicen al final de la frase, es muy difícil de aprender, muy difícil. Yo no sé euscara, lo que pasa que me sé canciones y de ciertas expresiones en euscara. Ojalá supiese, Mira, igual cuando me jubile y me da la neura y aprendo, fíjate lo que te digo. Ya se lo dijo, se lo hizo a mi cuñado alguna vez, Que igual lo hago. Pues nada, que sepáis que ya el pronóstico del tiempo dice que va a llover mañana o pasado y va a haber tormenta, que no es porque yo vaya a cantar ahora, Porque canto fatal, el pronóstico ya estaba puesto desde antes de que la ceño cantarse, que quede claro.

Bueno, sabéis que empieza con ese grito de Atletic, ¿vale? Athletigo Rita Suria, de nuestra Sara Sugeuria y Rinchisocho señala, con Maite Saytú querría, Gastetigos, Risuria, Celaya, Yorlengui, Euskale, Riarel, era Cusgarria, Savalud D’Yugustiok, y Rincia Layak, Atleti, Atleti, Atleti, Susara Nagostia, Y sigue, Dice dice que el Atletic es del pueblo, Los colores rojo y blanco son nuestros, vosotros cedís nuestros ganadores, porque sois gente del pueblo. Que sepáis que una de las cosas que hace que el Atletic sea un equipo muy querido en todo el mundo, no solo en España, es la filosofía que tiene. En el Atleti solo juega gente de la cantera, gente del País Vasco. De Euscalería, solo no tenemos a empapé, no tenemos a ninguna figura maravillosa que pueda tener el el Real Madrid, el Alético de Madrid, nosotros jugamos con los nuestros.

-¿Y sabes qué? Que gana los copas. Además de fútbol,

-¿Qué otras aficiones tienes?

A ver, me encanta bailar, cantar también, pero como canto muy mal, canto para mí, eso, bueno, era igual, hay veces que me atrevo a lo cantando delante de la gente también, pero bailar me chifla, me chifla. En mi casa me podéis ver con el Spotify o con el YouTube puesto, y por toda la casa bailando.

Me encanta leer, me encanta, devoro libros, ¿sabéis qué? Analizandome yo y criticándome a mí misma cada vez menos libros, a que no sabéis qué me quita tiempo de leer más libros. Decirme algo que pensáis que puede quitar tiempo a alguien de leer libros, por favor. Bueno, corrigiendo exámenes, no, eso me encanta y lo hago rápido. Estás viendo.

No, ¿qué qué? Yo tenemos continuamente el modem. El móvil, el móvil, yo anti móvil, no iba a tener nunca móvil, nunca. Lo tengo. Pero es que es más, no tengo redes sociales, solo tengo WhatsApp.

Me hicieron Facebook pero no lo uso. Es que me niego, Pero aún así, pierdo tiempo, viendo moda, viendo un leyendo el, bueno, la la verdad que le di el periódico es también leer. ¿Vale? Pero, ¿qué pierdo tiempo? No, no leo la moda, la veo, la veo, por eso te digo que busco información, busco YouTube, que si vídeos, que si Y eso me ha quitado un poco de tiempo de leer, y luego me encantan las películas.

Me encantan, sobre todo las de época. Porque has decidido jubilarte Bueno, pues porque creo que ha llegado el momento. Tengo la edad, sesenta años, tengo los años necesarios para jubilarme con sabéis que hay un requisito para jubilarte con el cien por cien del dinero, aquí nadie es tonto, nadie se jubila y perdiendo mucho dinero, ¿vale? Bueno, pues yo tengo los requisitos para jubilarme con el cien por cien del sueldo y con todas las garantías. ¿Que podía seguir dando clases?

Sí, que todavía creo que tengo fuerza así, pero os he dicho antes, la educación ha cambiado mucho. Y yo estoy un poco cansada, y creo que tiene que venir gente nueva, sabia nueva, que controla mucho más las nuevas tecnologías que yo, porque yo las controlo hasta donde me han dicho que era obligatorio para trabajar en clase, pero no por ello me gustan, no me gustan mucho las nuevas tecnologías. Yo soy más maestra la antigua. Entonces, creo que creo que cumplido. Y además, creo que me siento en el momento que tengo que que disfrutar de otras cosas.

-¿Qué planes tienes para el futuro?

Bueno, para el futuro inmediato cuidar a mi madre, que está malita. La verdad que comparto su cuidado con mi hermano, unas veces está en su casa, otros está en la mía, donde ella quiere. Nos ha dado tanto tanto tanto tanto durante tanto tiempo que ahora sí lo tenemos que devolver. Entonces, mi proyecto primero es ese.

Después tengo a mi nieto que me va a encantar pasar tiempo con él, y bueno, vivo en un pueblo que tampoco me ofrece muchas otras cosas, pero ya me buscaré historias. Como os he dicho antes, puede que una de ellas sea aprender euskera, fíjate lo que te digo. Por último, y para acabar ya este programa Belén, que el más agradecerte tu trabajo y dedicación a la enseñanza y a los niños con este poema que hemos tuneado de San Google, van por ti. Belén, un día llegué hasta la escuela por cosas de destino y descubriste sin más que este era tu camino. Pues entendiste que inculcar el el deseo de aprender es el mayor regalo que a un niño puedes ofrecer.

Siempre hasta en tus alumnos, tu pasión por la enseñanza, plantando en ellos tus palabras y recuerdo. Y con mucho sacrificio ofreciste tu sabiduría en cada paso que diste por estas antiguas en Paula. Hoy te toca, hoy te toca brochar, porque vas a Julián. Yo sé que llevo el momento de descansar, de mirar el camino que dejas atrás, que conmigo la chapa más, ya como no había disfrutado las Por eso, maestra, te decimos con cariño, con alegre Golondrinas, hoy Hermidra de este patio, y dejas en tus alumnos de pedacitos de tu agua. Por favor, qué bonito.

Ay, qué bonito, por favor, muchas gracias. Madre mía, igual vais a ser unos primeros que me vais a hacer llorar un poco. Y y he prometido que no voy a llorar. Ah, pero qué bonito, por favor. ¿Veis?

Por esto vale la pena ser maestra. Por cosas como estas, quiero daros las gracias porque me ha encantado la entrevista que me habéis hecho. Espero que sigáis trabajando como habéis hecho hasta ahora, y sobre todo sabéis que que seáis felices, ¿qué es lo más importante?

Alumnado participante: Marta A., Emma C., Martina D., Noa G., Lukas Adalberti G, Triana G., Eric G., Lucía G., Aimar G., Pablo G., Gema H., Hugo P., Enzo P., Hugo Q., Javier R., Matías R., Daniel R., Sofía R. y Javier S.

Docentes participantes: Gloria López, Belén Sánchez y Rocío Bueno.

Entrevista a la docente Belén Sánchez

  • Cintura ajustable con ceñidor
  • Bolsillos laterales con cremallera
  • Bolsillos con cremallera en el pecho